En La Atalaya del 15/7/12, el llamado «esclavo» dice:
3 Los actos de Jehová siempre están en armonía con su propósito. Por lo tanto, “al límite cabal de los tiempos señalados”, Dios puso en marcha “una administración”, es decir, un programa que tiene como objetivo unificar a todas sus criaturas inteligentes (léase Efesios 1:8-10). Dicha administración cumplirá esa meta en dos fases. En la primera se prepara a la congregación de ungidos para la vida celestial con Jesucristo como su Cabeza espiritual. Esta fase empezó en el Pentecostés del año 33 de nuestra era, cuando Jehová comenzó a reunir a las personas que reinarían con Cristo en los cielos (Hech. 2:1-4). Gracias al sacrificio redentor de Cristo, los ungidos han sido declarados justos y, por tanto, dignos de vivir para siempre. Por eso, reconocen gustosos que han sido adoptados como “hijos de Dios” (Rom. 3:23, 24; 5:1; 8:15-17). W 15/7/12
Texto diario de la WT del Lunes 22 de enero de 2018, el esclavo afirma lo siguiente:
Los que están en conformidad con el espíritu fijan la mente en las cosas del espíritu (Rom. 8:5).
Cuando conmemoramos la muerte de Cristo, probablemente leemos Romanos 8:15-17. Estos versículos son muy importantes, pues explican que un cristiano sabe que ha sido ungido cuando el espíritu santo da testimonio con su espíritu. Este capítulo se dirige principalmente a los ungidos. Ellos reciben “el espíritu” y esperan “la adopción como hijos, el ser puestos en libertad” de sus cuerpos carnales (Rom. 8:23). Estos cristianos serán hijos de Dios en el cielo. ¿Cómo es posible? Porque se bautizaron y, gracias al sacrificio de rescate, Dios perdonó sus pecados y los declaró justos como hijos espirituales (Rom. 3:23-26; 4:25; 8:30). Sin embargo, este capítulo también es de interés para los que tienen la esperanza de vivir en la Tierra, ya que, en cierto sentido, Dios los ve como justos. Ellos también pueden beneficiarse de este consejo dirigido a los que Jehová ha declarado justos. w16.12 2:1-3.
Como se puede ver, para la Watchtower ahora ningún ungido que vive en la tierra es un Hijo de Dios, a pesar de que siempre sostuvieron lo contrario.