“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jer. 17:9).
Estimado Testigo de Jehová, ¿cuántas veces ha escuchado usted a sus hermanos de su salón del reino decir: “yo no siento el llamado celestial”? Seguro que muchísimas veces. Y también usted ha escuchado decir muchísimas veces: “Yo siento el llamado para vivir en el paraíso terrenal para siempre”. Ahora bien, cuando alguno de sus hermanos de la congregación dice: “Yo siento el llamado celestial” esa persona es vista con suspicacia, con desconfianza, como si estuviera delirando, salvo claro, que fuera un misionero estadounidense o europeo. ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué pocos tienen el valor de confesar que tienen un llamado celestial? ¿Y por qué son vistos como orates o ilusos los que así confiesan?
Es increíble cómo millones Testigos de Jehová se auto destinan para el cielo o la tierra simplemente porque así lo “sienten» en sus corazones. Es decir, ellos simplemente le dirán que vivirán en el cielo o en la tierra según lo sientan o no en sus corazones. Si uno es agricultor, y tiene grandes haciendas, ganados, establos, corrales, etc, seguramente sentiría el llamado terrenal y no el celestial. Pero si hay un músico que le gusta componer “melodías celestiales” seguramente sentiría el “llamado celestial” y no el terrenal. Todo depende a lo que único se dedique. Para un oficinista rodeado de grandes edificios de cemento, su sueño por escapar al campo le hará sentir el llamado de vivir en un paraíso terrenal, con una rica flora y fauna. Todo depende a qué se dedique uno. Por eso es peligroso que confiemos en nuestros corazones para decidir cuál será nuestro destino final.
Engañoso es el corazón más que todas las cosas
Es sorprendente comprobar cómo los Testigos ponen su confianza en sus corazones para decidir su destino final cuando ellos saben perfectamente que “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jer. 17:9). Si nadie puede conocer el corazón porque es supremamente engañoso, ¿por qué tendríamos que aceptar a rajatabla lo que nos dicen los ungidos en el sentido de que ellos sí sienten en sus corazones el llamado celestial?¿Es que alguien puede creerle a su corazón? Por ejemplo, muchas parejas de esposos que ahora se han divorciado por “diferencias de caracteres” al principio sintieron en sus corazones que eran el uno para el otro… ¡pero evidentemente sus corazones les jugaron una mala pasada! Uno debe guiarse por el corazón, pero primero por el juicio o la razón. Por eso, cuando un cristiano afirma que Dios le ha preparado tal o cual cosa, es porque Dios expresamente lo ha revelado en Su Palabra…no necesariamente en nuestro corazón. Jesús vino como la Palabra de Dios para revelarnos nuestro destino glorioso en su reino, sin acepción de personas. El no dijo: “Mira, fulano, tu destino lo decides según lo que sientas en tu corazón. Si deseas el cielo, tu corazón te lo hará saber. Pero El sí dijo que su palabra estaría en nuestros corazones para iluminarnos. Es su palabra, y no nuestro corazón, la que nos debe guiar. Dice Jesús: Y los de junto al camino, éstos son los que oyen; y luego viene el diablo, y quita la palabra de su corazón, porque no crean y se salven (Luc. 8:12). Si tú tienes la Palabra del Señor en tu corazón, entonces podrás dar una razón clara de tu fe y destino. Podrás demostrar con la Biblia cuál es en realidad tu verdadero galardón final que Dios te ha ofrecido a través de Su Hijo.
Muchas bendiciones para usted.
LAVASORI